Perdidos en el mundo, entre ríos, bosques y valles, inmersos en un lugar donde la espesa naturaleza nos engullía a cada paso que dábamos, en un lugar formado por un remanso de paz y tranquilidad inigualable y donde los cervatillos andaban antiguamente a sus anchas como mascotas del lugar, nos topamos con este increíble castillo.
En su interior, pronto nos dimos cuenta de toda la larga historia que llevaba detrás...
Un lugar donde antiguamente eran llevadas las personas mayores para que allí descansaran y compartieran grandes momentos junto a sus compañeros de habitación contigua.
Un recinto donde el aire que se respiraba era especial y todo lo que encontrabas a tu paso te hacía sentir su esencia transportando la mente hacía un pasado no muy lejano.
Las imágenes hablan por sí solas... y el vídeo, aun más. Visualización obligatoria combinando fragmentos de vídeo grabados con Canon 7D, junto a imágenes tomadas en el momento y fotografías antiguas del lugar.
Bienvenidos a Château Bambi, el castillo de los cervatillos guardianes.
VIDEOREPORTAJE
REPORTAJE FOTOGRÁFICO
Imaginense andar a través de un bosque y que al llegar a una explanada se topasen con este edificio...
Nos adentramos en el, dejando la sala de dirección a nuestra espalda y simplemente con ver el hall ya consigue impresionarnos.
Primera retrospectiva al pasado
Estado actual del hall:
Estado anterior:
Seguimos explorandolo hasta llegar al primer salón.
La belleza de sus paredes conjuntaba en perfecta harmonía a la decoración de la sala y su esplendorosa alfombra central junto a los tapizados de los sillones y sofás.
¿Pero como era anteriormente? La primera foto es una muestra antigua donde podemos ver una pequeña parte de este salón y su esplendor, un lugar donde los cucos de los relojes
nunca más volverán a sonar.
Continuamos el recorrido hasta llegar al salón comedor. Allí la mesa todavía nos esperaba puesta conservando aún algún pequeño resto de aquella última cena. ¿Cómo fue aquel salón tiempos atrás?
Continuamos buceando entre el pasado y la actualidad pasando por las antiguas cocinas para acabar subiendo a la segunda y tercera planta.
Pero antes, hicimos un inciso en el camino para visitar la zona del spá, donde el viejo y corroído jacuzzi no volverá a ver flotar aquellas burbujas que hacían que sus huéspedes tanto lo desearan.
Seguimos hacia arriba hasta llegar al vestíbulo del último piso.
Nos adentramos a lo largo de decenas y decenas de habitaciones, todas y cada cual bien distintas y con diferente decoración.
Las toallas todavía esperaban ser utilizadas de nuevo en aquel viejo cuarto de baño.
Por último, dentro de esta planta también nos topamos con este precioso cuarto de baño donde la tonalidad roja le hacía poseer un especial encanto y que por desgracia ya se encuentra condenado a la desaparición...
Tras unas horas en el interior del edificio, salimos de este y nos ponemos rumbo hacía otro nuevo lugar. Hasta pronto.