19 junio 2013

M-Clinic


 
 

4/14


Volvemos de nuevo a adentrarnos en tierras japonesas para visitar esta pequeña pero completa clínica abandonada escondida en la frondosidad del bosque nipón.

Amanecemos en la ciudad de Kyoto tras descansar varias noches en el ryokan Yamazaki, del cual tan solo pueden salir que buenas palabras. Personal muy amable, habitaciones espaciosas y totalmente aislado del bullicio de la ciudad imperial pero bien comunicado con transporte público. Su jardín japonés invitaba plenamente a la calma y su baño privado era una gloria dejándote como nuevo tras pasar varios días pateando la ciudad. Sin lugar a dudas el día que vuelva posiblemente volveré a hacer noche en este lugar.

Las siguientes fotografías muestran la entrada al ryokan y la que era nuestra habitación, que es exactamente la misma que aparece en el segundo vídeo de los que se muestran a continuación.



 

Volvemos a ponernos en la carretera y tras recorrer una serie de kilómetros alejándonos de la ciudad y retomando la frondosidad de los bosques nipones nos topamos ante la M-Clinic, esta pequeña clínica de dos plantas realizada prácticamente en su totalidad en madera.


En su interior, una amplia cantidad de material médico nos esperaba languideciendo en el tiempo a que lo fotografiásemos. Comenzamos con este pasillo de la segunda planta en el que el suelo de madera se encontraba en pésimo estado, por lo que no lo traspasamos. A su otro lado tan solo habían dos habitaciones contiguas con material de embalaje acumulado.


Nada mas acceder por la puerta de entrada, al igual que en cualquier edificio público japonés nos encontramos con las taquillas para dejar nuestras zapatillas y ponernos otras especificas para el interior del edificio. En esta sala, la humedad era alta y sus techos eran un fiel reflejo de ello.


Fotografía: Adolfo Torres
En diversas y pequeñas salas nos encontramos con antiguo material como este antiguo esterilizador por ebullición que cumpliría las funciones que hoy desempeña un autoclave en cualquier quirófano. En la parte inferior se introducía carbón que al prenderse haría hervir el agua del recipiente superior y en cuyo interior se encontraban las jeringuillas y material que se debiera de esterilizar.


En otra diminuta sala se encontraba el almacén de los medicamentos.


En la sala de espera una vieja y corroída silla espera junto al retrato de una de las fundadoras de la clínica.

Fotografía: Adolfo Torres




Sin lugar a dudas la sala más completa era esta donde nos encontramos con bastante más material médico y con una antigua silla para intervenciones bucales o de la garganta, por lo que podemos intuir que fuera una clínica primaria o de primeros auxilios, ya que en ningún momento nos encontramos con ninguna mesa de operaciones como sucedía en la ATN Clinic.



Finalmente, Adolfo se encargó de retratar también esta antigua bicicleta estática en esta magnífica instantánea y rubricar así este nuevo reportaje.

Fotografía: Adolfo Torres


Primeras 5 fotografías tomadas con Ipad 3.
Fotografías del lugar tomadas con Canon 7d.
Fotografías de Adolfo Torres tomadas con Canon 50d.


JAPAN URBEX TOUR 2012


2/14  ATN Clinic
3/14  Seminar House
4/14  M-Clinic


11 junio 2013

La casa del fotografo



Este es uno de esos lugares que recorriendo kilómetros de casualidad te encuentras a tu paso sin esperarlo.

Junto con la compañía de la totalidad del comando urbexploi ponemos rumbo a nuevos horizontes para visitar una amplia cantidad de nuevos lugares que poco a poco irán apareciendo en la web.

La casa estaba compuesta por dos plantas y perteneció a la familia de un fotógrafo camuflado de la localidad donde se encuentra.

Comenzamos a recorrer esta pequeña pero completa casa desde el segundo piso, al cual accedemos por unas empinadas escaleras.



En el interior de las viejas estancias nos encontramos con antiguas garrafas y botellas esparcidas en uno de sus habitáculos.



Al fondo del pasillo nos topamos ante un vestidor en el que todavía se conserva el robusto y antiguo armario así como nos encontramos con tres antiguas maletas apiladas.







En la reducida planta baja de la vivienda se encontraba una de las habitaciones, por el acceso a ella apenas cabía una sola persona. Sobre la pared aguardaba todavía el sombrero de paja del propietario.





También en esta planta es donde se localizaba una pequeña cocina de la cual tan solo se conservaba alguno de sus utensilios todavía colgados de sus respectivas asas y esta vieja y oxidada lavadora.



De nuevo en la segunda planta, en esta otra habitación prácticamente vacía, las viejas lecheras aguardan bajo el cobijo de Jesucristo que muestra la salida reflejada en su imagen.



El espacio de la vivienda era prácticamente muy reducido en todas sus estancias. En esta otra habitación se puede observar el techo abuhardillado de la vivienda.



El baño antiguo era tan rural como la vivienda al completo.



Por último, descendemos de nuevo las escaleras para seguir camino hacia un próximo lugar, dejando atrás los recuerdos de ese viejo fotógrafo.