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Volvemos de nuevo a adentrarnos en tierras japonesas para visitar esta pequeña pero completa clínica abandonada escondida en la frondosidad del bosque nipón.
Amanecemos en la ciudad de Kyoto tras descansar varias noches en el ryokan Yamazaki, del cual tan solo pueden salir que buenas palabras. Personal muy amable, habitaciones espaciosas y totalmente aislado del bullicio de la ciudad imperial pero bien comunicado con transporte público. Su jardín japonés invitaba plenamente a la calma y su baño privado era una gloria dejándote como nuevo tras pasar varios días pateando la ciudad. Sin lugar a dudas el día que vuelva posiblemente volveré a hacer noche en este lugar.
Las siguientes fotografías muestran la entrada al ryokan y la que era nuestra habitación, que es exactamente la misma que aparece en el segundo vídeo de los que se muestran a continuación.
Volvemos a ponernos en la carretera y tras recorrer una serie de kilómetros alejándonos de la ciudad y retomando la frondosidad de los bosques nipones nos topamos ante la M-Clinic, esta pequeña clínica de dos plantas realizada prácticamente en su totalidad en madera.
En su interior, una amplia cantidad de material médico nos esperaba languideciendo en el tiempo a que lo fotografiásemos. Comenzamos con este pasillo de la segunda planta en el que el suelo de madera se encontraba en pésimo estado, por lo que no lo traspasamos. A su otro lado tan solo habían dos habitaciones contiguas con material de embalaje acumulado.
Nada mas acceder por la puerta de entrada, al igual que en cualquier edificio público japonés nos encontramos con las taquillas para dejar nuestras zapatillas y ponernos otras especificas para el interior del edificio. En esta sala, la humedad era alta y sus techos eran un fiel reflejo de ello.
Fotografía: Adolfo Torres |
En diversas y pequeñas salas nos encontramos con antiguo material como este antiguo esterilizador por ebullición que cumpliría las funciones que hoy desempeña un autoclave en cualquier quirófano. En la parte inferior se introducía carbón que al prenderse haría hervir el agua del recipiente superior y en cuyo interior se encontraban las jeringuillas y material que se debiera de esterilizar.
En otra diminuta sala se encontraba el almacén de los medicamentos.
En la sala de espera una vieja y corroída silla espera junto al retrato de una de las fundadoras de la clínica.
Fotografía: Adolfo Torres |
Sin lugar a dudas la sala más completa era esta donde nos encontramos con bastante más material médico y con una antigua silla para intervenciones bucales o de la garganta, por lo que podemos intuir que fuera una clínica primaria o de primeros auxilios, ya que en ningún momento nos encontramos con ninguna mesa de operaciones como sucedía en la ATN Clinic.
Finalmente, Adolfo se encargó de retratar también esta antigua bicicleta estática en esta magnífica instantánea y rubricar así este nuevo reportaje.
Fotografía: Adolfo Torres |
Primeras 5 fotografías tomadas con Ipad 3.
Fotografías del lugar tomadas con Canon 7d.
Fotografías de Adolfo Torres tomadas con Canon 50d.