El palacio de los sueños
Poco se sabe acerca de este precioso edificio, pero mucha es la belleza que desprende a cada sala en la que uno se va adentrando.
Ante la más mínima información acerca del lugar y fichado desde algún tiempo, decidimos desplazarnos hasta el para verificar la existencia de alguna posible entrada a su interior. Tras un rato rodeando todo el edificio, esta no aparecía, hasta que por fin sonó la flauta y vimos una posible entrada, estábamos dentro.
Adolfo esperaba fuera a que le diésemos algún aviso de qué tal estaba el edificio por dentro, señal que poco tardaría a producirse diciéndole que ni se lo pensase y que entrara. Ante nuestros ojos y objetivos nos encontramos con lo que se puede ver a continuación, toda una joya arquitectónica totalmente abandonada y olvidada.
Comenzamos la visita por la antigua bodega del palacio.
Mediante la entrada superior que aparece en la parte central de la fotografía comenzaba el proceso de producción del vino. Por dicha puerta, se introducía la uva para ser almacenada y pisada en los trullos o lagares, que se encontraban en la parte izquierda y derecha de la zona superior.
Desde los trullos, una vez pisada la uva, el primer mosto se depositaba a través de la piquera y pasaba a las prensas verticales que eran transportadas a modo de vagoneta recorriendo la parte superior de los grandes barriles. Una vez realizado el prensado, se llenarían los barriles y se dejaría fermentar el caldo.
A la derecha de las dos siguientes imágenes se puede observar una de las antiguas prensas con sus correspondiente ruedas metálicas en la parte inferior para poder ser transportada por la vía.
Seguimos recorriendo el edificio y salimos a este ornamentado pasillo, aunque describirlo como ornamentado será mejor dejarlo para después...
La decadencia y las texturas existentes, así como el techo y la incesante entrada de luz por las ventanas hacían de este salón un precioso escenario donde plantar tranquilamente los trípodes y realizar alguna fotografía.
La luz entrante en alguna de sus otras salas era absolutamente destellante dándonos poco margen para poder tomar alguna fotografía en condiciones.
Salimos de nuevo al pasillo y nos encontramos con unas escaleras que dan al piso superior. Allí es donde quien escribe se quedó absolutamente asombrado.
Ya desde el rellano inferior de las escaleras esto era lo que se vislumbraba.
Sin pensarlo, subimos a través de las escaleras de madera para encontrarnos con esta maravilla.
Los detalles de los techos eran una auténtica pasada decorados con esa especie de ángeles de mirada penetrante que parecía que en todo momentos nos vigilaban y controlaban.
Traspasando una de esas preciosas puertas nos adentramos en esta sala de techo abovedado totalmente ornamentado e iluminado por dos entradas de luz verticales al fondo.
En otra de sus salas anexas, este techo. Una verdadera pasada.
Salimos de nuevo al hall de la parte superior, para inmortalizar de nuevo esas puertas y esa increíble sala que haría que este lugar fuese toda una sorpresa, ya que en ningún momento imaginaba que su interior pudiese esconder todas esas maravillas.
Sin lugar a dudas esta es una de esas visitas que raramente pueda olvidar.
Y para concluir con este reportaje dos fotografías pilladas en acción in fraganti por el compañero Jordi Coll del blog "Abandono y decadencia".