Abdelahuajed Fatdar Nal.
Súbdito marroquí, sin antecedentes penales y mayor de edad.
4 de marzo de 2003...
6 a.m...
Accede al centro de acogida donde había estado residiendo, cuyas instalaciones y modo de funcionamiento perfectamente conocía, habiéndose asegurado la tarde anterior la presencia de María Auxiliadora, cuidadora del centro.
Entra al despacho para coger la llave de la habitación donde M.A. dormía, con quien mantenía malas relaciones desde que A.F.N estuvo residiendo en el centro.
Accede a la habitación y despierta repentinamente a M.A. reduciéndola y reclamandole sobre por qué le echó del centro y sobre sus papeles de residencia aquí en España.
Para impedir que M.A. llorase o gritara procedió a rasgar un almohadón introduciendo un trozo de este en la boca y amordazandola de manos a su espalda con otros trazos. Mientras tanto, con una navaja de 9 cms de hoja profirió a realizar tres cortes en la zona abdominal, dibujando un triángulo. Marcas cuya única intención era la de aumenta el terror y causar dolor a la cuidadora.
El chico se la tenía jurada.
Al ver que no paraba de gritar, la agarró del cuello hasta torcérselo, dejando a M.A. inconsciente. Aún así, la cogió a hombros y como hacía ruido la bajó hasta la planta baja donde con una sábana que recogió de un armario la estranguló y la envolvió en esa misma sábana escondiéndola cubierta por una alfombra y cartones en un trastero.
Aún dando golpes con los pies la cuidadora, A.F.N se marchó sabiendo que estaba practicamente muerta.
Como consecuencia, M.A. fallece por asfixia mecánica a consecuencia de las lesiones producidas.
Previamente a ausentarse del edificio, en la puerta del trastero el asesino llegó a escribir: "Eres una h... d. p..., no mereces vivir".
Tras su huida, el elemento tomó un taxi indicándole al conductor que le llevase una zona apartada en la que una vez allí le asestó un navajazo en el cuello con la intención de robar el taxi. El taxista herido consiguió desplazarse unos metros taponandose la herida y siendo atendido por las personas que allí se encontraban lo subieron a un coche y lo llevaron directamente al hospital. Allí fue intervenido de urgencia y gracias a la acción de estas personas pudo salvar su vida.
En su huida y ante la impericia del asesino así como el exceso de velocidad, pierde el control del vehículo impactándolo contra un muro para finalmente ser detenido por las fuerzas del orden público.
El resultado de dicha sentencia: pena a Abdelahuajed de 25 años de prisión por alevosía y ensañamiento en el asesinato de M.A., pena de 15 años de prisión por asesinato en grado de tentativa al taxista y pena de 5 años de prisión por delito de robo de vehículo con violencia.
Información real extraída de la sentencia de la sala de lo penal del tribunal supremo.
De esta forma y con el recuerdo a la cuidadora social del centro comienza la trágica historia que en este lugar aconteció.
A lo largo del tiempo, entre sus diversos usos, este edificio sirvió como centro de acogida para una fundación que recibió el premio Príncipe de Asturias a la concordia. También funcionó como una residencia eclesiástica para estudiantes y también fue la sede de los sindicatos durante el régimen franquista. En 2006, una inmobiliaria adquirió el edificio para convertirlo en un futuro hotel. Al estar ocupado se necesitaba la correspondiente orden de desalojo, tras la consecución de esta se vació el edificio. Debido a que ninguna cadena quería hacerse cargo y a que no se puede construir pisos en el solar, finalmente el edificio ha tenido que ser derribado.
En las siguientes instantáneas extraídas de la red se puede observar el edificio durante las tareas de derribo.
Conscientes de la cercanía de la inminente desaparición de diversos lugares y tras un viaje relámpago a la zona, decidimos visitar este lugar en compañía de la totalidad del comando Urbexploi, conociendo que podríamos acceder dependiendo de si la puerta se encontraba abierta o no, ya que el edificio se encontraba en una avenida principal y ese era su único acceso. Esta vez, la suerte estaba de nuestro lado y con tan solo empujar la puerta principal esta se abrió. Estabamos dentro.
Cruzamos las puertas para adentrarnos en primer lugar en la antigua iglesia de la residencia. La iluminación de la sala la recibía a través de la cúpula acristalada o de plástico translúcido superior, ofreciendo unos tonos anaranjados brutales.
La iglesia contaba con dos alturas, en la parte inferior seguramente hubiera acceso a las liturgias para todo el mundo y en los balcones superiores se situarían el personal del centro y los residentes.
Continuamos el recorrido por su interior ascendiendo hasta los pisos superiores en los cuales se encontraban las habitaciones. En estos es donde se encontraban los ocupas.
En su interior, restos de vestigios que nos trasladan al pasado del lugar y a conocer un poco más de primera mano su historia.
En cada planta los acogidos tenían su propio turno para poner las lavadoras.
Poco a poco y con la ayuda de las cuidadoras los niños acogidos iban aprendiendo un poco más el Castellano, a base de formular frases en las que tenían que incluir ciertas palabras. En el resto de imágenes se puede ver la habitación más completa del edificio, la cual anteriormente fue ocupada.
Ponemos rumbo ahora hacia el área más baja de todo el edificio, donde se localizaba el gimnasio, algún aula y las cocinas.
Nos paramos un momento ante uno de los lavabos comunitarios de esta planta.
Estas otras dos salas anexas se empleaban una de ella intuyo que como comedor o usos sociales y la otra como aula didáctica pero también como gimnasio. Poco se salvaba ya de esta última, salvo ese viejo pupitre desvencijado y las pinturas infantiles sobre las paredes.
A través del almacén pasamos a visitar las antiguas cocinas del edificio.
Por último y finalmente volvemos al lugar por donde habíamos accedido para decir adiós a un edificio que guardaba muchas historias en su interior, la más macabra de ellas descrita al principio del reportaje.
En memoria a M.A.
Descanse en paz.
En memoria a M.A.
Descanse en paz.