25 febrero 2013

La Vieja Papelera




Con más de un siglo de antigüedad, allá por comienzos de 2011, visitamos esta antiquísima fábrica papelera, motor económico del lugar donde se situaba y joya del patrimonio industrial de la zona.

En la factoría, practicamente dos centenares de personas llegaron a emplearse en todo el recinto, entre trabajos directos y los indirectos en los talleres.

Contó con una pequeña central hidroeléctrica de más de 400 Kwh además de un propio salto de agua y funcionó perfectamente hasta mediados de los años 70, cuando debido a la crisis mundial del petróleo y una gran inversión fallida la compañía se vio obligada a suspender pagos.

Finalmente, a comienzos del siglo XXI actual cerró sus puertas para siempre hasta la actualidad.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO

En la sala principal del edificio, los depósitos, manivelas, tuberías y rodillos se unen en perfecta armonía junto la luz que nos regala sus grandes ventanales.








El antiguo buzón de sugerencias recoge la propia de esta web como es la de que todo este patrimonio olvidado no se eche a perder y por fin se realice algo serio con este lugar, cuya musealización o puesta en valor también podría conllevar beneficio económico para la zona.



Antiguos cuadros eléctricos



Agua de Vichy





Papel marchito.


Subimos al piso superior para encontrarnos con más maquinaria y una vieja silla de bebé.








Para finalizar, volvemos al piso inferior junto a las cámaras para retratar este otro rodillo,


para hacer esta foto general...


y por último...

¿Parecido razonable?.




10 febrero 2013

Pines Hotel



Tras explorar y disfrutar de la visita a Das Krematorium, el antiguo crematorio de cadáveres, volvemos a tierras europeas para adentrarnos en este antiguo hotel de montaña el cual todavía conservaba intactas varias de sus diversas y variopintas estancias, a pesar de los estragos que la humedad y el paso del tiempo habían causado sobre la estructura del edificio.




Antes de nada, rodeamos los exteriores ya que teníamos que averiguar por donde se encontraba el acceso al interior, lo cual no es que fue demasiado complicado ya que existían diversos accesos abiertos al completo.





Llegamos a una de las diversas escaleras del hotel para subir hasta la última planta.
El estado del piso no es que estuviera en las mejores condiciones y por ello tuvimos que extremar las precauciones en diversas salas y pasillos en las cuales consideramos que era mejor no arriesgar.




Al final de un ala del edificio en su parte más alta nos encontramos con dos de las habitaciones más completas donde el empapelado de las paredes desconchado por el paso del tiempo y un precioso y antiguo televisor hicieron las delicias de quienes allí nos encontrábamos.







Seguimos recorriendo algún pasillo que otro...



Y acabamos por encontrarnos con este pequeño baño cuyas paredes hablaban por sí solas y hacían que el obturador de la cámara se excitase pidiendo a gritos una foto.


Seguimos en el último piso y de aquí nos vamos hasta el sótano.



Una vez en los subterráneos y en completa oscuridad nos encontramos con una pequeña piscina termal anexa a una antigua sala de masaje la cual todavía conservaba sus camillas.



Dejamos esta zona del edificio para tratar de adentrarnos en el piso principal del hotel. Anteriormente a la visita del lugar ya conocía de la existencia de una antigua discoteca intacta que se encontraba en este hotel. Tras varios reconocimientos por el interior en los que no conseguimos localizarla, al final y tras encontrarnos con unos compañeros holandeses y alemanes decidimos cruzar un área semiderruida a modo de Indiana Jones para conseguir así acceder a la otra zona del complejo, a la cual no se podía acceder de ninguna otra forma.

En esta zona ya es donde se encontraba la entrada principal con un precioso hall y el acceso al bar restaurante y a la discoteca.

Al fondo de la siguiente imagen, en la que podemos observar el citado hall principal y a la cual se llegaba al traspasar la puerta giratoria de la entrada principal del hotel, se encontraba antiguamente el salón de estar del cual rescato alguna que otra foto del pasado.







En cambio el salón comedor se encontraba totalmente derruido.



Seguimos avanzando por el complejo y como si de un día a otro se tratase y en plena oscuridad al fondo de un pasillo nos topamos con el lugar buscado. Una vez allí parecía que en cualquier momento la música volvería a sonar amenizándonos la visita. Sacamos las cámaras, armamos trípodes y entre todos hicimos equipo para ir con las linternas iluminando todas las salas y poder así realizar alguna que otra foto en condiciones.



Junto a la discoteca, que sin duda era el plato fuerte del lugar, nos encontramos con una pequeña despensa y con una sala ocupada integramente por una vieja y enorme máquina lava platos.



Salimos de la discoteca y finalmente en grupo nos dirigimos a visitar el antiguo salón bar restaurante.




Por último y antes de finalizar me gustaría dedicar este reportaje a todos y cada uno de los compañeros que realizamos aquel viaje, en el que el pleno de visitas fue absoluto y compartimos 4 geniales días de exploración centro europea.

Espero que sea de vuestro agrado.

Hasta el próximo reportaje.