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Volvemos de nuevo a la ruta por Japón para visitar el que sería el primer lugar abandonado que visitamos durante aquellos magníficos e inolvidables días.
En esta ocasión, recién llegados al aeropuerto internacional de Narita, recogemos el Mazda Demio y guiándonos a través de su insoportable navegador integrado en Japonés, aún así, conseguimos llegar al lugar gracias a que buscamos un hotel cercano a este para hospedarnos la primera noche.
Tras aparcar el coche en un barrio cercano, cogemos los bártulos y nos dirigimos carretera arriba hacía el antiguo hotel de sexo u hotel del amor.
De camino nos paramos en pequeño templo oratorio.
El origen de los hoteles de sexo en Japón se remonta a las antiguas casas de té de las Geishas y surgen en los años setenta. Este tipo de hoteles se suelen encontrar en las áreas periféricas de las ciudades y se diferencian del resto de hoteles tradicionales porque no hay que reservar y se paga por horas.
Muchas habitaciones suelen ser decoradas y ambientadas dejando de esta manera volar la imaginación de los japoneses tomando en el sexo un rol entre el juego y la fantasía erótica.
Llegamos hasta el hotel del amor abriéndonos paso entre el bosque de bambú que lo rodea y que a modo selvático invade poco a poco los antiguos edificios recuperando así la naturaleza el terreno que debía ocupar.
El aspecto de los edificios incrustados en la vorágine de una selva de bambús era espectacular, aún estando este lugar algo destrozado y no tan completo como otros ya publicados o que todavía están por publicar.
Los hoteles de sexo se caracterizan también porque en los alrededores de estos se anuncian los precios y los clientes acceden con el coche, lo meten en una especie de cochera y a través de esta acceden directamente a las habitaciones. Algunos hoteles tienen recepción pero otros funcionan con máquinas. En la siguiente fotografía y en la exterior anterior se puede observar que la planta baja del edificio está completamente formada por cocheras, una detrás de otra. Por detrás de la lona amarilla parten las escaleras que directamente acceden al piso superior donde se encuentran las habitaciones.
La privacidad es uno de los puntos clave de este tipo de alojamientos.
En ellos se paga en función de las horas de las que se vaya a hacer uso y en función de las características de las habitaciones, si tienen onsen (jacuzzi) u otros servicios y comodidades.
Accedemos a una de las habitaciones, dentro de las que había en el recinto era la mejor conservada. Disponía de una maquina dispensadora y teléfono, además de una pequeña bañera de mármol.
Todavía nos encontramos con todos los utensilios del baño, como los jabones o en el retrete las zapatillas para andar por el interior del edificio.
Accedemos a una de las habitaciones, dentro de las que había en el recinto era la mejor conservada. Disponía de una maquina dispensadora y teléfono, además de una pequeña bañera de mármol.
En el exterior, el bosque de bambús va colonizando y recuperando su espacio.
Esta habitación correspondiente al edificio de administración del hotel sencillamente me pareció realmente espectacular. Los tallos de bambú han crecido desde el suelo atravesando el piso de madera del edificio y arrancando los techos de este.
En una de las cocheras nos encontramos con esta antigua bicicleta a la que también poco a poco va invadiendo la naturaleza.
Por último, y al igual que ya hablamos anteriormente sobre las enormes avispas en el reportaje del Resort de lujo Waterhotel , en este lugar había que ir con mucho ojo, ya que entre los bambús o en cualquier rincón de los edificios podías encontrarte con esta serie de espécimenes de enorme tamaño, las más grandes si contamos la extensión de las patas podían ser perfectamente como un puño cerrado.
Se trata de la variedad Argiope Amoena, y son arañas típicas de los jardines que ayudan a ahuyentar los insectos y que su picadura no es venenosa para los humanos, pero solo con el tamaño asustan. Crean unas telarañas que perfectamente pueden ocupar un metro de extensión de un lado a otro, por lo que había que andar con mucho ojo para no llevarse alguna por delante.
En los siguientes enlaces se puede ver mucho mejor este tipo de arácnido tan común en tantos lugares abandonados de Japón.
Recuerda que puedes visualizar el resto de reportajes sobre este tour clickando en cualquiera de los siguientes enlaces.