Hace ya un tiempo y por el arriesgado y único acceso posible a este lugar conseguimos acceder al interior de el. Se trata de un hotel escondido en una recóndita zona del continente europeo. El nombre de este reportaje lo recibe debido a la gran humedad, musgo, hongos y vegetación que poco a poco ha ido invadiendo este edificio.
Comenzamos el recorrido por la cocina de este, toda podrida y oxídada ya.
Diversos utensilios de cocina se agolpan en los antiguos bancos de la cocina.
Desde la cocina encontramos acceso a un patio interior en el cual existían diversos huecos utilizados para el almacenaje de los productos o como bodegas. Además, como se puede ver en las imágenes, la vegetación se ha ido tragando poco a poco el edificio, dándole un toque apocalíptico a esta parte.
Resulta también un tanto curioso encontrarnos con este pequeño cuarto de baño solitario y al amparo ya de la naturaleza que lo invade.
Accedemos de nuevo por la zona de la cocina al pasillo central de la planta baja. El edificio constaba de 3 plantas, la superior de ellas inaccesible a riesgo de derrumbe total.
Acercándonos hacia la puerta principal del hotel a mano derecha nos encontramos con el pequeño salón comedor. El hotel era de gestión familiar y en este salón era donde se servían los desayunos, comidas y cenas. Imagino que en su época de funcionamiento dispondría de mayor cantidad de mobiliario.
Justo enfrente del salón comedor nos encontramos con esta gran habitación que pese a tener los restos de una cama o sofá, lo lógico es que se tratase de una sala de estar o de televisión, al encontrarse también en la planta baja.
Nos acercamos al final del pasillo y subimos a la primera planta.
Desde el rellano ya podemos ver el peligro que podría suponer el acceder a la planta superior, por lo que nos quedamos recorriendo la parte delantera de esta, ya que el pasillo interior que daba al patio también se encontraba bajo mínimos.
Curioso ver como lo único que se ha salvado del último piso es los lavabos atrancados a la pared que los sostenía.
En esta parte, mucho en mejor estado que la otra, nos encontramos con algunas habitaciones y mucha mucha humedad, restos de ella, papel pintado desconchado y hongos en la pared, esto es el denominador común en estas estancias.
Esta habitación tenía en el interior de ella el baño, o lo que quedaba de el.
Pasamos la puerta y nos metemos en la siguiente habitación, en la que se conservaba todavía una cama entera y se observa que disponía de chimenea propia junto a dos grandes armariadas.
Volvemos al rellano del primer piso, bajamos las escaleras y hasta aquí llegó nuestro tiempo dentro de este decadente hotel.
Por último, la visión del huésped nada mas acceder por la puerta principal del hotel.
Hasta el próximo reportaje, quien sabe cuando. Por motivos personales y falta de tiempo la web se actualizará en menor medida, lo que no quita que se acumulen más y más lugares y exploraciones que en el futuro vean la luz. Por dicho motivo, recordar que tal y como se explica en la web, los correos relativos a solicitar localizaciones no serán ni si quiera contestados, sea por el motivo que sea. Si no hay tiempo para la web, menos para eso. Los restantes se irán publicando progresivamente o contestados.
Saludos y hasta la próxima.